TEMA 7: LITERATURA DE FIN DE SIGLO. EL POSROMANTICISMO
7.1 Poesía posromántica
En el último tercio del siglo XIX se produce una reacción de tipo posromántico e idealista que rechaza la
fórmula del Realismo. Los autores posrománticos cultivan principalmente la poesía. Estos se rebelan
contra los valores burgueses y eligen una vida marginal: desarraigo, soledad, alcohol y drogas, evasión y
provocación como rechazo a la sociedad a la que pertenecen. Se entregan a la bohemia (una forma de
entender el arte y la vida basado en la rebeldía y la libertad), al dandismo (el artista se cree un genio
superior al resto de los burgueses), y al malditismo (el artista se cree maldito, rechazado por sus actitudes
amorales y provocadoras). Los posrománticos consideran que el fin último del arte es la belleza, no la
descripción de la realidad ni la denuncia social; viven para su arte, y con ellos nace el concepto moderno
de “artista”. Este movimiento tuvo su esplendor en Francia, donde nacen el Parnasianismo y el Simbolismo.
El Parnasianismo toma su nombre de la revista El Parnaso literario donde publican los poetas parnasianos
que defienden el principio de “el arte por el arte”; es decir, una poesía con valor en sí misma, que no sirva
de expresión de sentimientos personales ni de reflejo de los problemas sociales. Buscan su inspiración en la
pintura y la escultura, en la historia antigua y cuidan mucho la forma.
Por otra parte, el Simbolismo es una corriente estética igualmente nacida en Francia, que concibe la poesía
como algo misterioso, inexplicable, que permite descubrir los secretos que encierra la realidad, pero no
nombrándola directamente, sino sugiriéndola mediante símbolos, metáforas, correspondencias sensoriales,…
Buscan los simbolistas la creación de una atmósfera anímica donde tangan cabida los ensueños más irreales,
las emociones más íntimas e inaprehensibles. Buscan en su estilo encontrar una palabra “total”, los vocablos
raros, la sintaxis compleja y las innovaciones métricas, prefieren lo rítmico y musical a lo pictórico, como
hacían los parnasianos. Los poetas simbolistas más destacados son Baudelaire, y principalmente Verlaine,
Rimbaud y Mallarmé.
Poesía en Francia
Paul Verlaine y Arthur Rimbaud
Paul Verlaine
Los vaivenes entre el deseo de paz burguesa y el desquiciamiento, entre la fe religiosa y el desorden
moral lo atormentaron toda su vida. Su padre lo matriculó en Derecho, pero su particular sensibilidad lo
decantó hacia la poesía y la bohemia. Rompió con su mujer cuando conoció al joven Rimbaud, con el que
mantuvo una relación sentimental intensa, aunque fecunda para ambos desde el punto de vista literario.
Cuando, tras tres años de vagabundeo por Europa, Rimbaud decidió dejarlo, Verlaine, borracho, lo hirió
de un disparo. En la cárcel sufrió una crisis religiosa, a pesar de lo cual, una vez fuera, continuó bebiendo
y visitando tugurios. Su fama de poeta no soluciono sus problemas económicos y sus últimos años fueron
lamentables a causa de la enfermedad, la degradación física por el alcohol y la miseria. Las claves de su
poesía radican en la sencillez de su lenguaje, cercano a lo coloquial, en la sinceridad con que transmite sus
vivencias y en la musicalidad de sus versos. Su mejor libro es Romanzas sin palabras, especie de “diario”
de su aventura con Rimbaud, aunque prescinde de detalles y se centra en transmitirnos sus estados de
ánimo en íntima relación con el paisaje.
Arthur Rimbaud
A los 10 años asombraba a sus profesores con sus poemas y recibía multitud de premios literarios. En su
juventud se escapó varias veces de casa y a los 17, antes de marcharse definitivamente a París, escribió una
carta a su profesor de literatura que puede considerarse el primer manifiesto de la poesía moderna: El poeta,
dice, no ha de ser simplemente un artista, sino un vidente; su destino no es el cielo azul sino el abismo sin
fondo de lo desconocido; por ello debe convertirse en “el gran criminal, el gran maldito y el sabio supremo”
En encuentro con Verlaine cambió la vida y la poesía de ambos. Entre las drogas y el alcohol compuso
entonces sus mejores poemas. Tras la ruptura escribió Iluminaciones y Una temporada en los infiernos. A
los 21 años abandonó definitivamente la literatura, vagabundeó por Europa, Asia y África y se dedicó al
tráfico de armas, esclavos, oro y marfil, hasta que, enfermo, volvió a Francia donde falleció a los 37 años.
Empezó imitando a Victor Hugo, se contagió de los parnasianos y evolucionó en su juventud hacia la
rebeldía, la blasfemia y el nihilismo, con poemas que asombran por su originalidad y perfección de estilo.
En sus dos obras más representativas, escritas en prosa poética, hallamos a un Rimbaud alucinado,
profético, sombrío, de imágenes atrevidas e ininteligibles que anuncian las de los surrealistas.
Charles Baudelaire
Charles Baudelaire, que encarna la doble imagen de poeta maldito y de dandy aristocrático, posturas con las
que mostró su desprecio a la sociedad por su hipocresía moral. Su poesía ofrece una visión moderna del
hombre como un ser complejo y perverso con el que se identifica, y tanto su personalidad como su poesía
ejercieron una influencia considerable en poetas como Paul Verlaine, Stéphane Mallarmé o Arthur Rimbaud
Se dedicó a la bohemia parisina, haciendo de la literatura su vida, del hachís su inspiración y de las
prostitutas sus musas. Empezó a frecuentar los círculos literarios y artísticos y escandalizó a todo París con
sus relaciones con Jeanne Duval, la hermosa mulata que le inspiraría algunas de sus más brillantes y
controvertidas poesías. Derrochó la herencia de su padre en vivir a lo grande, vistió a lo dandy, dio
espléndidas fiestas… hasta que a los 35 años su situación era más que precaria: tenía mala salud, carecía de
dinero y su inestabilidad emocional le llevó a un intento de suicidio. La publicación de Las flores del mal,
en 1857, acabó de desatar la violenta polémica que se creó en torno a su persona. Los poemas (las flores)
fueron considerados «ofensas a la moral pública y las buenas costumbres» y su autor fue procesado. Las
Flores del mal es considerada una de las obras más importantes de la poesía moderna, imprimiendo una
estética nueva. En ella usa una gran riqueza de metros y rimas, alusiones mitológicas, riqueza expresiva,
efectos musicales y ritmo. A la vez los temas, densos y violentos, alcanzan un grado de irracionalidad que
anuncia la poesía del XX.
Los temas principales de la obra: la poesía, sobre la que reflexiona continuamente y a la que ve como un
ideal inalcanzable de belleza que le sirve de consuelo. El poeta la persigue estableciendo correspondencias
entre las realidades, para reconstruir un mundo ideal, que choca con las miserias humanas y el pecado. Otro
tema es la mujer. Con ella oscila siempre entre el amor y el odio, el deseo frente al instinto del mal, la
belleza y la repulsión, entre la mujer sensual que le inspira un amor carnal y la abominable y siniestra que
lo arrastra a la destrucción. Baudelaire también es el poeta de la ciudad , con sus luces, su gentío, sus
ambientes nocturnos, lujos y miserias. Sus descripciones no son realistas, sino simbólicas: la imagen de su
propia alma y su soledad. Junto a estos, el tema fundamental de la obra: el Mal (al que llama “spleen”).
Baudeliare cree en el poder universal del Mal. La persona no puede escapar de su naturaleza humana, que
le arrastra hacia lo más bajo; de ahí nace su condición de poeta satánico y blasfemo. Por último, el viaje es
su tema más característico: deseo de fuga que intenta a través del alcohol, las drogas, el sexo, la vida
bohemia… (A este respecto escribió Los paraísos artificiales donde el poeta narra su experiencia tras
consumir hachís y opio.)
Otros poetas de fin de siglo
En Hispanoamérica surge una literatura que fusiona lo europeo con lo autóctono, dando lugar al Modernismo
hispano. Destacan Rubén Darío y José Martí, este último héroe de la Independencia cubana, por la que luchó y
murió. La sinceridad, honradez y altos ideales que iluminaron su vida inspiraron también su obra. Destaca Versos
sencillos, donde en metros populares, vuelca sus sentimientos, sus ideas revolucionarias y su amor por la naturaleza.
El estadounidense Walt Whitman es el primer poeta genuinamente americano. Sus múltiples empleos juveniles le
permitieron conocer la vida y las preocupaciones de la gente, lo que constituirá el tema central de su poesía. Su libro
Hojas de hierba es un gran poema épico que canta a una nación emprendedora; un canto exaltado a la naturaleza, a
la vida y al ser humano. Su poemario Canto a mí mismo, es una obra maestra.
7.2 Novela posromántica
Si en poesía destacan los franceses, en novela lo hacen los ingleses. La figura más representativa de la
genialidad posromántica, que convirtió el culto a la belleza y el rechazo de la moral convencional en su
forma de vida fue Oscar Wilde, dramaturgo y autor de novelas como E l retrato de Dorian Gray. Wilde fue
más popular por su vida que por su obra. Ya de estudiante en Oxford destacaba por sus aficiones artísticas
y sus excentricidades, especialmente la vestimenta. Inteligente, culto, dotado de una ironía mordaz y una
gran facilidad de palabra, cultivó también el cuento, el ensayo.
Junto a él se reúnen una serie de autores alejados de la estética decadente de fin de siglo y que se interesaron por
recuperar la intriga y la aventura, creando títulos que se han conv ertido en clásicos de la literatura juvenil: Robert
Louis Stevenson, con La isla del tesoro y El extraño caso del doctor Jekyll y mister Hyde, R. Kipling, con El libro
de la selva, Joseph Conrad con El corazón de las tinieblas, y Lewis Carrol con Alicia en el país de las maravillas.
7.3 Teatro posromántico
El teatro también vivió una evolución distinta: después del realismo de Chejov, el naturalis mo se plasma en la
escena con dramaturgos que intentaron ahondar en la psicología y en las circunstancias de los personajes para
explicar su comportamiento. Los más notables fueron los escandinavos Henrik Ibsen y August Strindberg. Precursor
es del teatro de nuestro siglo. Del primero destacan sus dramas casa de muñecas y El enemigo del pueblo. Del
segundo La señorita Julia y El pelícano.
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